A consecuencia del mundo digitalizado que estamos viviendo, surgen nuevas amenazas y riesgos para las empresas. La exposición de los datos en redes y en infraestructuras informáticas/tecnológicas ha hecho que los ciberdelincuentes pongan a las empresas en el punto de mira como fuente de ingresos mediante la extorsión, el robo de datos y la paralización de la actividad.
Un ataque cibernético puede paralizar la actividad y estropear el correcto funcionamiento de los equipos, procesos y redes, comprometer datos personales e información confidencial o incluso afectar a la viabilidad económica o logística del propio negocio.
Hoy en día, con la irrupción de la pandemia, es conocido que muchas empresas se han adaptado al trabajo a distancia a menudo desde dispositivos que carecen de la seguridad mínima recomendada y que se convierten en perfectas vías de entrada para un delincuente cibernético.
¿Cómo afectan a los ciberriesgos a las empresas?
Actualmente, los riesgos cibernéticos son más peligrosos que los riesgos convencionales, ya que ocasionan daños más elevados en la salud financiera y el bienestar de las empresas. Algunas de las principales consecuencias de un ciberataque son:
- Paralización de actividad: si una empresa es víctima de un ataque cibernético, puede detener el negocio de tal forma que suponga un coste económico añadido.
- Ciberextorsión: los ciberdelincuentes piden un rescate económico para desbloquear los accesos y reanudar la actividad.
- Pérdida de reputación y de valor de marca: se da a los clientes una mala imagen que puede afectar a la visión que tienen de la empresa o servicio a sus clientes.
- Pérdida de datos y responsabilidad de datos de terceros.
En este contexto, es urgente para estas organizaciones desarrollar entornos digitales, tecnológicos y a distancia seguros que prevengan cualquier tipo de ciberamenaza futura.
¿Qué puede hacer la empresa para prevenir los ciberataques?
Los ciberriesgos son cambiantes y cada vez más difíciles de prever. Lo que sí está en manos de las empresas es protegerse para reducir al mínimo los daños ocasionados y poder gozar de tranquilidad en caso de siniestro a través de un seguro de ciberriesgos. Los gastos que suponen la recuperación de los datos o sistemas y la sustitución o reparación de los equipos son muy elevados.
Si desea prevenir un ataque cibernético y minimizar las consecuencias es importante tener unos hábitos concretos, conocidos como higiene digital o ciberhigiene:
- Establecer políticas sobre el uso de los dispositivos en la oficina y en movilidad, incluyendo el acceso remoto a equipos o servidores.
- Habilitar un sistema de acceso a la información limitado, en el que cada trabajador cuente con los permisos para consultar y disponer de la información.
- Asegurar el uso de contraseñas robustas e individuales, que se cambien con frecuencia y no se compartan ni reutilicen.
- Implementar procesos de formación y educación para que todos los empleados sean conscientes de los ciberriesgos. Cabe recordar que cualquier empleado puede ser víctima de un ciberataque.
- Poner en marcha políticas de uso y acceso a la información, así como medidas para su protección.
- Realizar copias de seguridad con frecuencia.
- Mantener los equipos actualizados, incluyendo software y antivirus.
- Siempre que sea posible, tener un sistema de autentificación en dos pasos.
- Contar con software de protección como antivirus y cortafuegos.
¿Cómo te protege un seguro de ciberriesgos?
Desde el sector del seguro somos conscientes de la gravedad de estos riesgos. Por eso, actualmente existen seguros diseñados para proteger cualquier negocio ante estos ataques, que habitualmente ofrecen las siguientes garantías:
- Actuaciones inmediatas y de contingencia para frenar lo antes posible el ciberataque recibido por la empresa.
- Gestión de los incidentes a consecuencia del problema: se procede a la recuperación de datos electrónicos y se repara o reemplaza la maquinaria.
- Responsabilidad Civil frente a terceros, Responsabilidad frente a organismos reguladores, Responsabilidad por publicaciones en internet, sanciones relacionadas con la industria de tarjetas de pago (PCI) y dirección jurídica.
- Compensación de los gastos que se produzcan durante la gestión del incidente.
- Cobertura de las pérdidas de la interrupción de la actividad después de un fallo de seguridad.
- Cobertura de los gastos de asesoramiento legal frente a posibles procedimientos administrativos abiertos después del incidente.
- En cuanto a las posibles pérdidas que el negocio pudiera sufrir, se asegura un capital como pérdida de beneficios y otro como pérdida de beneficios derivada de proveedores.
- Tanto los incidentes que los atacantes pudieran cometer a través de ciberextorsión como los fraudes cibernéticos (informáticos, por robo y suplantación de identidad y por ingeniería social) que sufriera la empresa, quedarían cubiertos.
Además, los ciberseguros suelen garantizar el acompañamiento de expertos durante la gestión de la crisis y suelen incluir servicios adicionales como la reparación de sistemas, la recuperación de datos o la eliminación de malware.
En definitiva, los ciberdelincuentes utilizan cada vez más las pymes vulnerables como punto de entrada a las grandes empresas y, por tanto, todo negocio puede llegar a sufrir un percance de estas características.
Cómo te puede ayudar Medicorasse
Si quieres minimizar las consecuencias de un ciberataque y que tu negocio vuelva a funcionar lo antes posible, no dudes en contratar un seguro de ciberriesgos. En Medicorasse contamos con un equipo altamente especializado que evaluará las circunstancias de tu empresa y te asesorará y te guiará para contratar el seguro de ciberriesgos que se adapte a tus necesidades. En caso de que estés interesado en recibir más información de forma gratuita y sin compromiso, te invitamos a rellenar el siguiente formulario y un asesor contactará contigo.
Medicorasse, Correduría de seguros del CMB S.A.U. NIF A-59498220. Domicilio social: Pg Bonanova 47, 08017 Barcelona. Clave de la DGSFP J0928. Póliza de Responsabilidad Civil y capacidad financiera de acuerdo con el arte. 157 del RDL 3/2020, de 4 de febrero, de transposición de la Directiva (UE) 2016/97, sobre la distribución de seguros.